xoves, 18 de decembro de 2014

Simulacro, literatura eléctrica

[Autorretrato]

Ya se puede escuchar la segunda pieza de Simulacro, el grupo de collage musical que tengo con Ágata Ahora. La banda nació para convertir cuentos en artefactos sonoros. Queríamos hacer ficción sonora. Queríamos trabajar con sonido. Queríamos volvernos locas con la literatura. Así que nos pusimos a trastear en plan transmedia con los textos del libro de cuentos en el que estoy trabajando: Punk secreto.
Al final de este Sangre fucsia que os dejo aquí, dedicado a mujeres y ciencia, podéis encontrar la sección del mismo nombre que nuestra banda "Simulacro", donde el último viernes de cada mes pincharemos nuestros experimentos. SF se puede escuchar en streaming todos los viernes de 20.00 - 21.00h a través de la página de Ágora Sol radio o en cualquier momento en nuestro blog una vez que colgamos el podcast, aproximadamente dos días después de la emisión. Próximamente Simulacro tendrá un bandcamp propio.
Este collage sonoro número 2 va de               Chile, el universo.
Esta pieza de literatura eléctrica va del no futuro que es pasado.
Va de llorar y filosofía.
Va de perder y astronomía.
Va de deci(didi)r no suicidarse y música.
Aquí  va.  
Y sale de este cuento:

Carta móvil sin respuesta acertada no hay poema
Las circunstancias no son rígidas e inflexibles; sí lo son, sin embargo, nuestros hábitos
Henry David Thoureau 
Tengo mucho miedo de crecer y renegar, de no aceptar los cambios y apagarme como le pasa a alguna gente. No quiero que el dolor me haga eso y me sale protegerme (sólo creo en los libros como escudos, y en la acción directa ;). No creo en la defensa personal del día a día, no creo en defenderme a toda costa.
“Tengo prisa en curarme porque tengo miedo de convertirme en un tibio”, le digo por teléfono. Quiero vivir como Thoreau o como el connotao astrónomo que trabaja en Atacama que jura que el presente no existe. De tu boca las palabras llegan ya un poquito tarde, así que cuando yo recibo lo que me quieres decir ya es pasado. Quiero mi verdad, por encima de todas las cosas. Si decido seguir, voy a hacerlo a mi manera. Porque el reflejo -el amor- es un espejismo y la vida una visión.
Ella me contesta que no tenga miedo de perder la visión del esplendor en la hierba. Que la fuerza y la rabia cogen cada uno de los golpes y como canicas los guardan en una bolsita de tela sucia. Que luego juntas las revolveremos, con otras bolitas transparentes tic tac tic tac que siguen en la bolsa,  prístinas como la férrea personalidad en curso de una adolescente, y que sin perder minutos las haremos rodar sobre la mesa. Y así comfiguraremos un mapa de trayectos vitales. Las canicas moradas y las cristalinas rodarán por esta cartografía colectiva, creando calles ciegas unas, y estaciones otras; y delatando con su resplandor -como si fueran avisos de neón propícios para apurar el paso y perder de vista los tornasolados lugares que tanto dolieron- trayectos posibles por los que vivir peligrosamente.
Ella también me contesta que estas marcas a nosotrxs, Peter Panes valientes, nos indicarán siempre el camino por dónde seguir viajando al fin de la noche contra la pragmática y con el deseo como motor hacia el desplazamiento»» eterno…

*
[Ahora mirad cómo brilla la hierba]


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